Segun elreferente.es: “Por muy católico que seas, el VIH puede llegar, la Iglesia tiene que actualizarse y, como vemos, la abstinencia no es una opción para los jóvenes”. Mayeli Juárez es católica, asiste regularmente a la iglesia y es quien pronuncia estas palabras. Ella es una de los más de 20 cristianos que han aprovechado la JMJ para dirigir una campaña a favor del uso del preservativo hacia sus compañeros de fe que ahora se encuentran en Madrid.
Las conversaciones entre estos jóvenes y quienes recogen sus folletos se suceden y son de todo pelaje, desde aquellos que rechazan de plano el uso del preservativo hasta otros que aun siendo católicos admiten que la profilaxis en materia sexual no es nada descabellado. “Si se usa el preservativo se despoja de ese componente de sacrificio que tiene el sexo para el cristiano”, replica un sacerdote leonés mientras la televisión graba el debate entre el prelado y estos jóvenes.
‘Catholics for choice’ es la organización que vertebra esta campaña. Aglutina a jóvenes de diferentes continentes que promueven “la libertad para elegir”, según explica Marissa Valeri, coordinadora del grupo que ha llegado a Madrid y oriunda de Washington. La actividad sigue. “Yo también soy católica, apoyo al Papa, pero en ese punto no estoy de acuerdo con él”, proclama rodeada de amigas Patricia Muñoz, una peregrina de 16 años que recibe conforme el relato de estos voluntarios con camiseta roja.
“No puedes limitar que la gente tenga sexo, el VIH es una auténtica pandemia en Uganda”, afirma Grace Kabuubi, sonriente y portando un rosario en el cuello, al tiempo que sigue buscando con la mirada pregrinos a los que hablar de la importancia del preservativo. “La Iglesia trabaja con gente que tiene VIH, pero no en la prevención”. Ella conoció a voluntarios de ‘Catholics for choice’ en Kampala, la capital de su país y desde entonces no deja de hacer campaña para evitar esta enfermedad de transmisión sexual.
“Yo creo que tener relaciones solo para tener hijos no tiene mucho sentido” apunta otro peregrino, mientras que justo después un sacerdote argentino recalca que para él “la cuestión es no hacer del sexo un objeto de consumo. Otro asunto es que una familia que no tenga recursos económicos para tener hijos use el preservativo”. Otra compatriota de este sacerdote recalca que su postura se centra “en la libertad de las personas”. “No estoy de acuerdo en la promiscuidad, pero creo que una pareja estable sí que puede utilizarlo”.
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