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sábado, 14 de mayo de 2011

Objeciones a usar condón con una pareja que tiene VIH.

Segun elnuevodia.com: Amor incondicional, fe en Dios, falta de experiencia, pobre orientación por parte de los médicos y estigmatización son algunas de las razones por las que miembros de parejas en las que uno de ellos tiene el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) prefieren tener sexo sin protección.
Así lo detectó el investigador de la Universidad de Puerto Rico (UPR) David Pérez Jiménez, cuando en el 2007 hizo un estudio con parejas VIH discordantes, en las que sólo uno de sus miembros tenía el virus causante del potencialmente mortal Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
El trabajo, que podría ser publicado en una revista académica este verano, recoge la experiencia con cinco parejas durante intervenciones semanales para conocer sus prácticas y actitudes relacionadas con el uso del condón, así como para promover el mismo.
“Encontré que la persona que está positiva en la relación (que tienen el virus) no quiere infectar a su pareja. Vi casos en que esa persona era la que insistía en que la persona negativa se protegiera, y la persona negativa era la que no quería cuidarse”, apuntó el integrante del Instituto de Investigación Psicológica (IPSI) de la UPR.
“La mayoría de estas parejas discordantes no se protegen al momento de tener la relación, no porque la pareja positiva no lo quiera sino porque muchas veces la pareja que es negativa no quiere que lo utilice porque hay un elemento de amor (incondicional)”, detalló.
Otros factores que identificó fueron la falta de conocimiento sobre el uso de condón, y el que los profesionales de la salud no hacen su mayor esfuerzo por educar a estas personas en técnicas de protección.
“El personal de salud que más acceso tiene a estas personas, que son sus médicos primarios, no se da a la tarea de educarlas sobre cómo protegerse. Así que son parejas que posiblemente nunca han usado un condón en su vida, no lo saben usar”, afirmó.
También vieron casos en que la persona no contagiada rehusaba utilizar condón por razones religiosas ya que creía que “Dios la cuidaba”.
De acuerdo con Pérez Jiménez, otra de las problemáticas es el estigma, esa carga que impone la sociedad sobre las personas cuando se sabe que tienen el VIH. Observó que la estigmatización o el temor a esta, sobre todo ante miembros de los familiares de la pareja, incidía en el ánimo de las personas y su relación de pareja.
“Afecta muchísimo porque estos son parejas que caen en depresión porque no sentían que tenían la confianza para decírselo a su familia. El ocultarlo es un a carga adicional bien fuerte para estas parejas. Ese discrimen y estigma es una barrera para la protección e inclusive dificulta el tratamiento médico”, advirtió el experto.

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