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domingo, 11 de diciembre de 2011

Un hombre con SIDA: cuando se rompe el condón.

Segun impreso.milenio.com: Jairo Olvera, de 41 años de edad, es un médico retirado que se jubiló al perder su práctica cuando su infección por VIH lo hizo sentir demasiado enfermo como para atender a sus pacientes. Jairo se infectó en 1992. Antes de eso, había estado involucrado en dos relaciones a largo plazo y el y sus parejas se sometían regularmente a pruebas de VIH. Sin embargo en un viaje a Guadalajara durante la feria del libro, sostuvo relaciones sexuales con un varón y, aunque practicaron sexo seguro, el condón se rompió. Él está seguro que este incidente fue el origen de su contagio. Nunca vio a ese hombre de nuevo. No lo responsabiliza porque practicaron sexo seguro de manera concienzuda y la otra persona no le mintió.
Jairo siguió adelante, ocultando su infección por una variedad de razones, incluyendo el hecho de que era posible perder su licencia médica en Coahuila si se hubiera sabido que estaba infectado con HIV. No recibió un tratamiento inicial, porque se encontraba en un nuevo plan de seguros y su asegurador hubiera sabido que la infección era una enfermedad preexistente y, por tanto, no hubiera por el tratamiento.
En 1998 hizo un viaje de ensueño a Rusia, no dándose cuenta que los productos lácteos en ese país no están pasteurizados, los utilizó y, debido a su sistema inmune comprometido, contrajo fiebre tifoidea. Se enfermó gravemente y fue hospitalizado; lograron curar la fiebre tifoidea, pero tuvo una serie de infecciones gastrointestinales a largo plazo del año siguiente. Fue durante estas enfermedades debilitantes que renunció a su práctica médica.
Hoy en día Jairo está recibiendo el mejor tratamiento posible, su conteo de células T se encuentra en 150, el nivel más elevado que ha tenido en años ( ha llegado a tener niveles tan bajos como de 18 ), y se siente sano. Por desgracia la terapéutica con inhibidores de proteasa lo hace sentir enfermo de modo que no puede tomarlos. Por lo anterior, se encuentra en un régimen de coctel de medicamentos que no incluye inhibidores de proteasa. La combinación actual de fármacos le ha funcionado bien durante los últimos dos años pero recientemente se ha vuelto ineficiente, así que pronto tendrá que cambiar de medicamentos. Tomar sus medicinas no es algo que carezca de problemas; cerca de dos veces por semana vomita cuatro o cinco veces por las mañanas, pero ha aprendido a aceptarlo.
Jairo se encuentra en una relación de cinco años con un varón que es empresario. Su pareja es VIH negativo, practican sexo seguro y su pareja no ha adquirido la enfermedad. Al preguntarle por qué tiene una pareja que no está infectada y si se preocupa de infectarlo, Jairo dijo que es demasiado difícil encontrar a alguien a quien se ama y con quien uno es compatible como para dejar que el status VIH de cada quien se vuelva una barrera. Jairo siente que el apoyo que recibe de su pareja es en gran medida una de las razones por las que se encuentra tan bien de salud en la actualidad. Jairo hace labores voluntarias extensas, en especial con la red local de apoyo al SIDA, sirviendo en la junta directiva y coordinando eventos especiales.
Cuando le pregunté a Jairo qué les diría a las personas que leyeran este articulo, contestó que quería que supieran lo fácil que es contraer la enfermedad. Las personas deben usar condones cada vez que tengan relaciones sexuales, de lo contrario todos sus sueños se podrían ir por el caño. Le preocupa que solo los varones gay tienen cuidado porque están más concientes del riesgo y que los demás no se cuidan. Sin embargo también trasmitió un mensaje de esperanza por que los tratamientos han mejorado de manera espectacular y, para muchas personas es el equivalente aproximado a una enfermedad crónica degenerativa como la Diabetes en cuanto a que se puede tener bajo control. Hoy Jairo siente realmente que puede esperar tener un futuro prometedor. (Basado y modificado de una entrevista).

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